Receta para robarle el corazón al Dr. Farel

Capítulo 197



Capítulo 197

En la lejania, Zeus hizo un gesto con la mano y, como si estuviera tirando basura, lanz6 a Anita al calabozo de agua. Era como si lo que acababa de matar no fuera una persona viva, sino un insignificante saco de trapo.

Evrie se qued6 parada en su lugar, su vista estaba nublada por un velo de lagrimas.

Sus lagrimas caian sin control.

Justo cuando estaban a punto de escapar...

Justo cuando Anita tanto queria dejar ese infierno de lugar.

éPor qué, por qué tenia que ser asi?

—jBusquenla! En tan poco tiempo esa mujer no puede haber ido lejos. jAl que la atrape, le doy un millon de efectivo! — grit Zeus a lo lejos.Text property © Nôvel(D)ra/ma.Org.

Los guardaespaldas, como si les hubieran inyectado adrenalina, ignoraron los disparos que retumbaban en el exterior y se pusieron a buscar por todos lados, incluso en la oscuridad de la noche.

Era verdad lo que decian: el dinero mueve montafias. Evrie, instintivamente, solt6 la cuerda y busc6 rapidamente un lugar donde ocultarse.

Después de varios dias alli, conocia el terreno como la palma de su mano y pronto encontr6 una bodega escondida en la que se zambullé sin dudarlo.

—jAy! — Se escucho un quejido apagado debajo de ella, como si hubiera caido encima de alguien.

Evrie se concentré en la oscuridad, la luz era demasiado tenue para ver la cara de la otra persona, pero podia distinguir que era una mujer.

— Linda? — adivino Evrie casi por reflejo. —gEvrie? ~Cdémo llegaste aca? — le pregunto Linda, sorprendida al reconocer su voz en la oscuridad.

—Shh, callate— Evrie rapidamente le tapo la boca y le susurré una advertencia en su oido—. No hagas ruido, o ambas vamos a terminar de vuelta en ese lugar.

Aunque todavia resentida por la traicion anterior de Linda, Evrie sabia que en ese momento compartian el mismo objetivo: ambas querian huir.

De lo contrario, Linda no estaria escondiéndose alli.

Linda, sabiamente, se callé.copy right hot novel pub

En la oscuridad, el sonido de los pasos resonaba sobre ellas, mezclado con disparos esporadicos.

Las dos mujeres contuvieron la respiraci6n, sin atreverse a emitir el mas minimo ruido.

Después de lo que parecid una eternidad, cuando los pasos se alejaron, Evrie explor6 el lugar para confirmar su posicion. No podian quedarse alli, tarde o temprano los hombres de Leandro las encontrarian.

Evrie buscé a tientas la entrada a un estrecho pasadizo subterraneo, que era parte del disefio original del lugar. Afortunadamente, habia memorizado cada rincon antes de la construccion, y ahora eso les servia para escapar.

—Sigueme— le orden a Linda, en un susurro cortante. — A donde vamos? — le pregunté Linda con cautela, aun desconfiaba de Evrie después de haberla traicionado una vez.

—Si no quieres morir aqui, entonces no preguntes— le respondid Evrie, con un tono de voz que no admitia protestas. Sin decir mas, avanz6 por la oscuridad, seguida de cerca por Linda, quien no queria quedarse sola.

El tunel era largo y tortuoso, atin mas que el trayecto por la selva que habian tomado antes. Caminaron tanto que los pies les dolian, pero no se atrevian a detenerse.

Finalmente, llegaron al final del pasaje. Linda estaba a punto de gritar de emocion.

Pero esta vez, Evrie fue mas cautelosa y observo el exterior durante un buen rato antes de decidirse a salir, para asegurarse de que no habia nadie.

Con cuidado, salieron del tunel y rapidamente cubrieron la entrada, tratando de no dejar rastro.

Alun estaba oscuro y no podian ver exactamente donde estaban, pero sabian que no podian quedarse cerca del tunel. Evrie finalmente respiré aliviada y encontré un rincén abandonado donde ocultarse y recuperar el aliento.

Después de una noche de fuga, sus piernas casi no podian mantenerla en pie.

Evrie la miré con escepticismo— Aqui todos estan compinchados, ¢te atreverias?

Linda ya no dijo nada mas.

Ella estaba tan nerviosa que casi olvid6 que aqui la policia y los locales eran ufia y carne.

Si les pedias ayuda, en un abrir y cerrar de ojos te mandaban de vuelta, y si las cosas se ponian feas, incluso podias perder la vida.

—Y ahora qué hacemos? —le pregunt6 Linda, incapaz de contenerse.

~Qué hacer?

Evrie tampoco lo sabia.

En un lugar desconocido, sin poder confiar en nadie, sin teléfono, realmente se sentian acorraladas.

Evrie apreto los dientes y le dijo: —Quédate aqui quietita, voy a ver como esta el ambiente afuera. —

No se atrevia a dejar que Linda se encargara de esa tarea. Temia que por un descuido, Linda se delatara, la capturaran y terminara revelando el paradero de Evrie. Seria un desastre.

Linda, que habia corrido toda la noche, estaba demasiado agotada para moverse y asintid con la cabeza, dejando que Evrie se fuera sola.

Aun era temprano y no habia nadie en las calles.

Evrie caminaba por senderos desapercibidos, intentando ser lo menos visible posible. Evrie, aterrorizada, intentaba deshacerse de esa mano, forcejeando con todas sus fuerzas. Al girar la cabeza, se encontré con los ojos oscuros y profundos de un hombre. iFarel!

Se quedo paralizada, incluso su respiracién se detuvo.

Ella, desalifiada y él, vestido de negro.

Sus finas cejas y rasgos distinguidos eran como los recordaba, frios y arrogantes. Esos ojos claros la miraban escondiendo un vortice insondable.

Sus miradas se cruzaron y el tiempo parecié detenerse.

—Tonta. —

Unos segundos después, Farel pronuncié secamente esa palabra.

Los ojos de Evrie se llenaron de lagrimas al instante.


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