Chapter 18
Chapter 18
Capítulo 18
La abuela Elena vio a Sofia llegar, y se apresurd a calentar ngua para prepararle algo de beber y la invitó a sentarse.
“Abuela Elena, no se moleste, por favor, siéntese y descanse. Le traje algo de comida y algunas frutas. Solo pasaré a dejar esto y me iré. Quiero ir a la montaña a ver a mi abuelo.
“Claro, claro, ve. Será bueno que visites a tu abuelo. Si el supiera que ahora estás casada con una buena familia, descansarla tranquilo. Anda ya, que se hace tarde y no es bueno subir la montaña cuando oscurece“.
“Si, me iré ahora,”
Al salir de la casa de la abuela Elena, Sofia dejó su maleta en la entrada y se dirigió directamente a la montaña para visitar a su abuelo. Tras unos diez minutos de caminata, llegó a la tumba de su abuelo. La última visita habla sido el año pasado, y desde entonces, la tumba se habia llenado de maleza. Sofía pensó que volveria al día siguiente para limpiarla. De pie frente a la tumba, comenzó a hablarle a su abuelo.
“Abuelo, he venido a verte. Esta vez, he venido solla y plano quedarme un tiempo. Podré venir todos los días para charlar contigo, como cuando nos sentábamos en el patio. Rafa está muy ocupado con el trabajo, pero dice que la próxima vez vendrá conmigo a visitarte. Abuelo, voy a tener un bebé, aún no se lo he dicho a Rafa. Tú eres el primero en saberlo. No sé si a Rafa le gustan los niños, pero planeo decirselo cuando regrese de su viaje. Seguro que será un buen padre. Abuelo, quiero ser valiente por mi bebé, tú también me apoyarias, ¿verdad? Mañana volveré a visitarte“. Belonging © NôvelDram/a.Org.
Al ver que se hacia tarde, Sofia decidió regresar a casa. Al llegar, encontró junto a su maleta muchas verduras, huevos y un trozo de came. Sabia que debía ser que el alcalde ya habia repartido las cosas
a los vecinos, y ellos le habían traido comida. Llevo todo adentro, preparó la cama y cocinó una sencilla cena con los vegetales y una sopa de huevo. Los vegetales, cultivados por los vecinos sin pesticidas, tenían un dulzor natural, y los huevos, puestos por gallinas criadas en casa, eran un lujo que normalmente se reservaba para los niños y las mujeres embarazadas.
Después de cenar Sofia sacó una silla y la colocó al frente de la casa. El otoño trala consigo noches frescas, y bajo un cielo oscuro iluminado por la luna, el patio brillaba, La gente del campo se acostaba temprano, y el silencio de la noche solo se rompia por el ocasional ladrido de un perro. Envuelta en una manta, Sofia respiraba el aire puro del campo y recordaba los dias en que su abuelo aún estaba cop ella. Desde que tenia memoria, él había sido su único familiar. Aunque decían que su abuelo la había encontrado, la había cuidado con amor, sacrificándose para darle lo mejor. Dentro de ella, su abuelo era su único familiar, pero ahora tenia a otro abuelo, a Rafa y al bebé que venia en camino. Sofia se sentia afortunada y feliz.
Pensando en Rafa, saco su móvil, pero no había mensajes de él. No queria molestarlo enviándole un mensaje. Durante el día, le habla preguntado a Juan, el conductor, a donde había ido Rafa de viaje. Al escuchar que era a Medio Oriente, un lugar del que sabia poco, pero entendia que era conflictivo,
Después de un rato sentada en la entrada, Sofia comenzó a tener sueño, algo que le sucedia frecuentemente desde que estaba embarazada. Se levantó, llevó la silla adentro y decidió prepararse para dormir, pensando en levantarse temprano al día siguiente para limpiar la tumba de su abuelo. Era mejor descansar temprano.