Capítulo 260
Capitulo 260
Ahora esos micrófonos se acercaban y le preguntaban por qué decidió invertir en este juego, pero él simplemente no puede verbalizar su razón.
ודי
¿Por qué? ¿Por Leonora, quizás?
Dario nunca lo admitiria.
Sin embargo, cada vez que pensaba en Leonora, sentia un dolor agudo en lo más profundo de su corazón. Habia invertido en un juego para chicas que no tenia nada que ver con su estilo solo por ella. Pero ahora… Leonora ya no podría jugarlo nunca más.
Dario bajo la mirada y observó a los periodistas que lo rodeaban. Instintivamente recordó las veces que había sido asediado por los reporteros y cómo una figura delgada con tacones altos extendia su mano a su lado y gritaba a la multitud de periodistas: -¡Mantengan el orden en la entrevista, por favor! ¡No interfieran con el Sr. Iglesias! ¡Pueden pasar los medios que hayan reservado con anticipación!–
Siempre tan fuerte, como si nada pudiera derrumbarla.
La gente la malinterpreto, todos pensaban que solo le interesaba el dinero, que quería aferrarse a Dario. Pero el sabia que era por un punto débil que el tenia entre sus manos. Si Leonora alguna vez dejara de lado ese punto débil, entonces Dario ya no podria manipularla.
Como atrapado en sus recuerdos, cuando volvió en si, todo era ruido a su alrededor y rostros desconocidos.
Ya no estaba esa voz clara que le ayudaba a mantener el orden, ni esa sombra que iba y venia por
1. el.
Leonora simplemente habia pasado por la vida de Dario como una brisa, girando a su alrededor y yéndose con prisa, sin dejar rastro.
Dario extendió su mano, pero no logró agarrar nada.
Miró a los medios frente a él y finalmente tomó aire profundamente antes de decir despacio: -Inverti en este juego por una… amiga-
Los periodistas olfatearon el chisme y siguieron preguntando: -¿Qué significado tiene ésta amistad para usted?–
Dario no respondió.
Los reporteros mantuvieron el micrófono cerca de él.
Después de un largo rato, Dario finalmente dijo: -Es alguien muy importante. Quizás ella nunca lo
sepa-
El tema pareció tomar un tono melancólico, y los periodistas preguntaron con cautela: -¿Es una mujer que usted amo? O quizás… una vieja amistad que no ha visto en mucho tiempo?–
¿Una vieja amistad? ¿Un amor?
-Ninguno de los dos- Dario, de rasgos refinados y aire distante, tenia ojos que parecian el Mar
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Muerto, tristes y tranquilos. ¿Qué era Leonora para él? Darío se preguntaba a sí mismo.
Pero no encontraba respuesta.
-¿Su amiga sabía lo que usted sentía?– Los periodistas vieron la expresión de Dario y supieron que hablan preguntado algo indebido, intentaron cambiar de tema, pero Darío los miró fijamente, sus ojos llenos de una tristeza profunda.
-No lo sabía, ella… ya no está en este mundo-
En ese momento, algunos vieron al hombre elegante y apuesto mostrar un sentimiento de desesperación en sus ojos.
El dolor se deslizó silenciosamente sobre su espalda.
En la transmisión en vivo, la tristeza de Darío quedó capturada por las cámaras, mostrando su atractivo pero solitario semblante.
Y en otro lugar del mundo, una mujer estaba sentada en su sala de estar, viendo casualmente la transmisión en vivo. Al escuchar las palabras de Darío, se cubrió la boca y lloró como una niña.