Resistiendo al amor de Mi Ex-Marido

Chapter 27



Capítulo 27

Bella respondió sonriendo: -Acabo de apuntarine a un curso de Sanda. Published by Nôv'elD/rama.Org.

Juan se alegró un poco y dijo: ¡Qué casualidad! Soy el entrenador que enseña Sanda.

En efecto, era una coincidencia. Originalmente Bella pensaba que se reuniría con él de nuevo cuando hablaban de cooperación, pero no creía que se encontrarían otra vez tan pronto.

-Entonces por favor ayúdame más en el futuro. -Bella dijo con una risa-. Ocúpate de tus propios asuntos, me iré.

-Señorita… -Juan la retuvo.

-¿Algo más?-Preguntó Bella.

Juan dijo con timidez: -Todavía no sé cómo darte las gracias por el asunto que ocurrió la última vez. ¿Qué te parece que te invito a beber?

Bella rechazó sacudiendo la cabeza: -La próxima vez, no retrasaré tu trabajo de hoy.

-¡No pasa nada! ¡Yo también me dispongo a salir del trabajo! -Contestó Juan. Contando con un aire muy juvenil, se encogió como un chico tímido.

Viendo esta escena, Bella comprendió de repente por qué las fanes femeninas con edad mucho mayor que las estrellas masculinas estaban tan fascinados por ellos, ya que su aspecto era realmente especialmente desgarrador.

Frente a su aspecto lastimoso, Bella asintió llevando una sonrisa: -En ese caso, vamos.

-¡Bien, espérame, me cambiaré de ropa y vendré enseguida! -Este hombre dijo.

De verdad se cambió de ropa muy rápido. Justo cuando Bella había arrancado el coche dado marcha atrás, él salió.

-Sube.Bella lo invitó.

Juan no anduvo con remilgos y naturalmente se sentó en el coche.

y había

Bella bromeó con él: -No soy muy hábil de la conducción, piensa bien si quieres tomar mi coche.

-Está bien, confio en ti.

Lo dijo con los ojos limpios y brillantes y la expresión extremadamente seria, por lo inexplicablemente sintió una sensación de responsabilidad.

Dejó escapar una carcajada y preguntó: -¿Adónde vamos?

Juan le dijo: ¿Dónde quieres ir a beber? Yo te invito.

Bella pensó por un momento y le dio la respuesta: -Tienda de té con leche.

que Bella

Le encantaba esta bebida mucho cuando era una estudiante, así que quería compartir lo mejor con Pedro. Ese día, hizo cola durante casi una hora para comprar el té con leche más popular en la ciudad universitaria, pero cuando se lo entregó a Pedro, éste sólo dijo que no comía comida basura. Sin embargo, Bella intentó convencerle:

-Pedro, este té con leche está hecho con los ingredientes naturales, sin aditivos diversos, es especialmente sabroso, pruébalo!

En ese momento, Pedro probablemente tenfa prisa por subir al ascensor, así que lo tomó a regañadientes. Después de lavarse las manos en el lavabo y salir, Bella pasó por el cubo de basura Junto al ascensor y, de repente, descubrió que allí hay una botella de té con leche. Por un momento se sintió triste porque pensó que si a Pedro no le gustaba, a ella tampoco debería gustar. Por lo tanto, desde entonces, no tomaba el té con leche ni una sola vez.

Recordando eso, Bella dudaba si antes era tonta. Fue Pedro quien no valoraba la bebida que ella compró tras hacer cola por tanto tiempo, ¿por qué ella se culpó a sí misma?

-Señorita, no tienes que ahorrar dinero para mí, tengo algunos trabajos a tiempo parcial, puedo invitarte a una cafetería o a un bar. -Juan se apresuró a explicar.

Bella rio suavemente y dijo: No te menosprecio, realmente quiero beber el té con leche.

Al oír esto, Juan se tocó la cabeza avergonzado. -Sé que enfrente hay una tienda de té con leche muy buena.

Siguiendo las indicaciones de Juan, Bella condujo el coche hasta dicha tienda. Esta tienda e realmente popular, y estaba llena de jóvenes.

-Señorita, ¿qué le gustaría beber?-preguntó Juan.

Bella le recordó: -Será mejor que me llames Señora Romero a partir de ahora.

Aunque sólo tenía veintitrés años este año, sus experiencias en su vida anterior la hacían sentir como si ya

fuera una tía de más de treinta mentalmente. No creía que fuera digna de ser denominada señorita.

-No, si te llamo de esta manera, pareces vieja. -Juan lo rechazó rotundamente.

-No sabía tu nombre, así que te llamó señorita, de hecho, me pareces una estudiante. universitaria. Añadió Juan con seriedad.

Bella tuvo que admitir que Juan logró complacerla. A cada mujer les gustaba escuchar cumplidos, especialmente de un chico fino como Juan.

-Té con leche de colocasia con sabor de rosa, menos azúcar y menos hielo. -Bella hizo el pedido.

-Ya veo.

Juan pidió rápidamente el té con leche.

-Señorita, el dinero que pagaste por el traje la última vez lo tomé prestado de

posible por ganar dinero para devolvértelo.

Mientras esperaba el té con leche, Juan le dijo.

ti, haré lo

Bella respondió diciendo: No pasa nada, no hace falta que me lo devuelvas. Además, no te lo di a cambio de nada, tendré que pedirte favores más tarde.

Con tal que pueda ayudarte, acúdeme sin vacilación.

Pedro insistió: -Sin embargo, tengo que devolverte el dinero. Dame los datos de tu tarjeta bancaria y te lo transferiré a plazos.

Era verdaderamente un chico que no se contagiaba en la sociedad. Si Bella hubiera ayudado a un hombre astuto, habría pretendido sacarle el provecho al máximo. En cambio, Juan insistió en devolverle el dinero. No era de extrañar que tanta gente le gustaría en el futuro. Bella también empezó a apreciarlo un poco más y dijo: -De acuerdo, entonces lo hagamos como Widices.

Entonces le dio su información bancaria, además le agregó en Whatsapp. Más tarde, el té con leche que pidieron estaba listo. Juan fue por esta bebida, mientras que Bella quería echar un vistazo a sus publicaciones en Whatsapp, justo cuando soñó el tono emergente de su teléfono móvil.


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