Capítulo 186
Capítulo 186
Zeus se detuvo en seco, girando la cabeza para mirarla de reojo.
Evrie forz6 una sonrisa y siguid hablandole: —zLa familia de Farel siempre fue de una educacion ejemplar, verdad? De buena cepa, dedicados a curar y salvar vidas. Y tu, siendo su sobrino, te dedicas a estos negocios en el Triangulo Norte? —
Zeus solt6 una carcajada burlona: — Qué pasa, vas a intentar presionarme con mi tio? En mi pais tal vez no me atreveria a hacerle frente, pero aqui jyo soy el rey! —
—Mientras tenga poder, mujeres y dinero, gqué me importa el tipo de trabajo que hago? Te lo digo claro, no suefies con que mi tio venga a salvarte. Aqui, aunque llegara el mismisimo presidente, no podria hacer nada. —
Evrie sabia perfectamente que Farel no iba a venir a rescatarla. Habian cortado todo vinculo, ya no tenian ninguna relacion.
De hecho, no habia nadie que pudiera sacarla de alli.
Si...
No habia ningun “si
No importaba donde estuviera, su destino siempre parecia hundirse mas y mas. Lucho con todas sus fuerzas por escapar del fango, de la pobreza.
Pero el resultado siempre era ridiculamente el mismo.
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El destino nunca le ofrecia una salida. Siempre tenia que caer, capa tras capa, directo al infierno.
—Sefior Haro, no hemos encontrado rastro de Evrie. En los grandes proyectos de Brasil no hay sefiales de ella. — En el hospital, Farel fruncia el cefio apretando el teléfono.copy right hot novel pub
En tan solo unos dias, Evrie habia desaparecido del mundo sin dejar rastro.
Esa sensacion lo incomodaba profundamente.
Pero no podia explicar exactamente por qué.
Después de llamarla varias veces sin poder contactarse con ella, Farel escuché que Berto decia que Leandro también habia ido a Brasil y que no volveria pronto.
Con una luz tenue en sus ojos, Farel llamo a su asistente y le dio una orden apatica.
—Sigue los movimientos de Leandro, no le pierdas de vista. —
—Entendido. —
Sin ganas de continuar con la consulta, Farel atendié a unos pocos pacientes mas y luego se fue al techo del hospital a fumar. El cielo estaba nublado, y eso también oscurecia su estado de animo.
No podia dejar de pensar en Evrie, en su rostro perdido, confundido, complaciente, sonriente...
Cuando se ponia grave, incluso le costaba dormir, comer y concentrarse, y se sentia irritable.
Era consciente de que estaba un poco obsesionado.
Pero sabia muy bien que, en términos académicos, eso se llamaba “mal de amores”.
Era irénico, se habia enamorado de una mujer.
Farel le dio una calada profunda al cigarro y aplasté la colilla contra el suelo de cemento.
Zeus todavia estaba furioso porque Evrie habia roto la ventana para escapar. La encerré en el sdtano, en una celda oscura, tras las rejas de una jaula, aislada de Anita. —Zeus, déjame salir...—
Golpeé la jaula, que resono con un sonoro clangor.
Zeus no parecia estar bromeando.
Evrie, prudentemente, cerré la boca y no se atrevid a hacer mas ruido.
Aunque no sabia qué era exactamente un calabozo de agua, intuia por el tono de voz de Zeus que debia ser algo terrible. jAlli no habia nada que no fuera aterrador!
Cuando Zeus salié, les ordend de manera amenazante a los guardias: —No le des de comer, déjala con hambre un par de dias.
—Entendido. —
Evrie, con la mente nublada, se acurrucé en un rincén de su jaula, pareciendo una criatura abandonada por lo pequefia de su tamafio.
Los ecos del sotano eran de gritos, llantos, suplicas...
De la conmocién inicial paso al cansancio, a la insensibilidad, a la desesperacién.
Una luz la despertd, y deslumbrada, abrié los ojos.
En medio del halo de luz, la silueta alargada y familiar de alguien se aproximaba lentamente, deteniéndose frente a su jaula. Evrie levant6 la mirada, contra la luz, sin poder distinguir su rostro claramente.
—Evi, ya llegué. —