Enamorándome de mi esposa provisoria

Capítulo 51



Capítulo 51

Capítulo 51

Cynthia vio que Samuel los miraba con disgusto.

Dijo con ligereza:

-Date prisa y acaba con los últimos,

-De acuerdo. -El temperamento de Samuel era inexistente frente a ella.

Kathleen dejo el plato y el tenedor.

–Abuela, ¿que más necesitas que haga? – preguntó.

-Saca los platos y los tenedores y ponlos en la mesa para todos -dijo Cynthia mientras sonreía.

– Lo tengo. -Kathleen fue al armario y sacó la vajilla.

Estaba familiarizada con el lugar.

Samuel se sorprendió un poco cuando vio que Kathleen había encontrado hábilmente todas las cosas necesarias de varios lugares.

-Siempre estan ocupados, asi que Kathleen suele venir a hacerme compania entre semana. – Cynthia no miro a Samuel mientras hablaba-. Es probable que no sepa nada de esto.

Samuel no pronunció ni una palabra.

Cynthia dijo con frialdad:

-Samuel, nos gusta Katie no porque haya ayudado a la familia Macario porque sea tu esposa. Tiene sus encantos. A veces, no puedo evitar pensar que es una pena que una chica tan buena haya

acabado contigo.

¿Samuel era bueno? Eso es seguro.

A los ojos de Cynthia, Samuel era el niño más destacado.

A pesar de eso, la forma en que trataba a Kathleen no podia considerarse «buena»,

Samuel miro a la pequeña figura ocupada en la cocina.

No sabia que Kathleen se preocupaba tanto por su familia.

Cynthia terminó de rellenar los últimos raviolis. Dijo:

–Ya está hecho Ve a lavarte las manos.

-De acuerdo. –Samuel se dirigió al baño para limpiarse las manos,

Kathleen también estaba alli,

-¿Quieres lavarte las manos? Terminare pronto -dijo mientras se lavaba las manos.

Samuel se adelantó y su calido pecho se apretó contra la espalda de ella. Puso las manos bajo el grifo antes de apoyar la barbilla en su hombro.

– Ayúdame a lavarlas. No puedo hacerlo.

Kathleen se sonrojo y se pregunto:

-¿Por que no puedes hacerlo tú mismo?

-Lavalas tu mismo –replicó ella con torpeza.

-Si no me ayudas a lavarlas, no te dejare ir. Ni siquiera la abuela podrá salvarte, así que resuélvelo tú misma. -Samuel curvo ligeramente los labios.

Kathleen dijo enfadada:

-¿Eres un sinvergüenza!

Siempre le gusta poner las cosas dificiles a los demás.

-Date prisa y lavalas. ¿No tienes hambre? – preguntó Samuel con una leve sonrisa.

Kathleen estaba furiosa. Al final, sus pequeñas y suaves manos rodearon las de Samuel y cedió.

Primero, le mojó las manos. A continuación, Kathleen exprimió un poco de jabón de manos en sus palmas y las restregó hasta que hizo espuma. Después, le frotó la espuma en las manos.

Samuel no dejaba de mirar la ágil figura de su esposa en sus brazos.

Era aún más bonita cuando se comportaba de forma suave y timida.

Samuel pensó un momento y le susurro al oido:

-Kate, no nos vamos a divorciar.

Kathleen se quedó atónita.

¢¿Qué me acaba de llamar?>>

Cerro el agua y se dio la vuelta. Lanzando una mirada extraña a Samuel, le preguntó:

-¿Se te ha soltado un tornillo de la cabeza?

Sus palabras hicieron que Samuel se quedara sin palabras.

-Limpiate las manos y sal a comer. Kathleen lo empujo y salió.

Samuel permaneció en silencio

«¿No sintió nada?

Samuel salió del baño y vio que Kathleen y los demás ya le estaban esperando.

Se acercó y se sentó automaticamente al lado de Kathleen.

-Ok, vamos a comer -dijo Cynthia con una sonrisa.

Kathleen y los demás esperaron a que Cynthia tomara el tenedor antes de empezar a comer.

Kathleen tomó un trozo de ravioli y empezó a comerlo. Sonrió y dijo:

-Abuela, haces los mejores raviolis. Saben tan bien. ¿Usaste vinagre de sidra de manzana en ellos?

Cynthia serio

-La ultima vez, dijiste que te gustaba el vinagre, asi que le pedí a alguien que me comprara unas cuantas botellas mas. Llévatelas cuando te vayas.

-De acuerdo. – Kathleen asintió.

-Come. Estás más delgada que la última vez que te vi. -Cynthia se preocupo y tomó otra cucharada de ravioles para Kathleen.

Kathleen se lo comió obedientemente.

Todo el mundo le decía que había adelgazado. Por ello, se comprometió a comer más. Sin embargo, la cantidad que podia comer tenia un límite. Su estómago ya estaba lleno después de comer tres

cucharadas de raviolis.

En un inicio, Christopher queria encontrar una oportunidad para hablar con Kathleen.

Por desgracia, Samuel estaba presente, asi que Christopher no quiso causarle problemas.

Miró la hora y dijo:

-Abuela, tengo una reunión por la tarde. Me voy ahora.

Cynthia asintió y respondió:

– De acuerdo. Tengan cuidado al conducir en la carretera.

-Claro. -Christopher asintió. Luego miró a Kathleen y dijo-: Adiós.

–Nos vemos -dijo Kathleen en voz baja.

Samuel frunció un poco el ceño al escuchar eso.

Después de la comida, Kathleen queria lavar los platos. Sin embargo, Cynthia se negó a que lo hiciera. Copyright Nôv/el/Dra/ma.Org.

-No es necesario El lavavajillas que me recomendaste la última vez funciona muy bien, Solo meto los platos y dejo que la máquina los lave,

-De acuerdo. -Kathleen asintió.

Al oir eso, Samuel frunció las cejas y pregunto:

-¿Qué lavavajillas?

Cynthia respondió:

-Mira quien pregunta. El lavavajillas que me recomendaste hace tres años no cra nada fácil de usar. Sólo lo use una vez y lo odio, así que lo deje ahi. Luego, Kathleen me pidió que lo cambiara cuando vino una vez, pero no me moleste. Mas tarde, mi brazo estaba incómodo, así que no tuve más remedio que usar el lavavajillas para lavar los platos. Entonces explotó con mis platos dentro.

Samuel frunció el ceño y dijo:

– En serio? Esa marca era Nicolet…

De repente, dejo de hablar.

Cynthia le miro con el ceño fruncido, mientras Kathleen no sentia más que incomodidad.

Burlandose, Cynthia dijo:

-Ja! Me preguntaba por qué no me había gustado. Resulta que no me gustó la persona que lo recomendó.

Samuel permaneció en silencio.

– Voy a lavarme las manos. – Kathleen se dio la vuelta y se alejó.

Cynthia miró a Samuel con frialdad y le pregunto:

-Samuel, tienes que entender una cosa. Cuando una mujer que te gusta es rechazada por toda la familia, deberias pensar en ello. ¿Es en verdad que estamos causando problemas sin razón?

Como Samuel mantuvo la calma, ella continuó con frialdad:

-Diana, tus padres y yo, ¿no tenemos la capacidad de distinguir el bien del mal? También nos hemos encontrado con situaciones en las que los padres son malas personas, pero los hijos son buenos. ¿Crees que trataríamos mal al niño por culpa de los padres?

-Abuela, Nicolette no es una mala persona. Sólo le falta amor -respondió Samuel con frialdad.

Cynthia le dirigió una mirada de impotencia.

-Ella necesitaba amarte, asi que le diste todo tu amor. Entonces, ¿qué le estas dando a Kathleen? Una Cascara vacia sin corazón? Si ese es el caso, ¿por qué no puede cambiar a un hombre? ¿Por qué se merece una cáscara vacia? Solo porque ella te ame no significa que puedas pisotearla asi.

-Abuela, la tratare bien en el futuro -informó Samuel.

-¿Crees que Kathleen puede aceptar que sigas teniendo otra mujer? Has dicho que a Nicolette le falta amor Si un hombre se acerca a Kathleen y le dice que le falta amor y quiere que ella lo ame, ¿podrías aceptarlo? – pregunto con severidad.

– No.-Samuel negó con la cabeza.

Era inaceptable para el

Cynthia dijo con frialdad:

– Como dice el refrán, har a los demás lo que quieras que te hagan a ti. Si entiendes esto, entonces no deberias haber hecho eso. Si no puedes soportar dejar a Nicolelle, entonces divorciate de Kathleen y déjala libre. No interferire en lo que quicras hacer con Nicolette: solo no me hagas enfadar trayéndola a mi.

Samuel respondio con una expresión sombria:

–De acuerdo, lo entiendo.

En ese momento, Kathleen regresó.

Sintió que el ambiente en la sala de estar era un poco extraño.

-Abuela, tenemos que irnos ya -dijo suavemente.

Kathleen se sintió culpable.

Cynthia solia querer mucho a Samuel.

Cada vez que Samuel venia, Cynthia le preparaba deliciosas comidas. Sin embargo, esta vez le ha tratado con mucha frialdad.

Kathleen io habia sentido.

¿Podria ser por mi?>>


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