Diario de una Esposa Traicionada por Rocio H. Gómez

Diario de una Esposa Traicionada Capítulo 79



Capítulo 79 

¿Qué tan rápido? Tenía mucha curiosidad. Con ganas de seguir preguntando hasta el final. Pero luego pensaba que preguntar más sería de mala educación. Así que era mejor dejarlo así. 

Las canciones del concierto de aquel día, cada una, formaban parte de mi lista de reproducción favorita. Después de escuchar todo el concierto, todavía quería más. Con la salida del cantante, tuve esa sensación surrealista de estar despertando de un gran sueño. Me quedé sentada, mirando a mi alrededor a la gente que lentamente empezaba a salir después del ruido. Me sentia increiblemente vacia por dentro. 

Hasta el momento, seguía apretando mi móvil en la mano, sin ningún mensaje ni llamada de Isaac. Y durante mi distracción, David también me respetaba mucho, sin apresurarme en lo más mínimo. Simplemente esperaba pacientemente a un lado. Cuando volví en mi, nos unimos a la multitud paral salir. 

Aunque había seguridad manteniendo el orden, alguien me empujó por detrás, tropecé y terminé chocando contra David. 

David me agarró por los hombros instintivamente preguntándome: “¿Estás bien?” 

“Estoy bien.” 

Me senti un poco avergonzada al explicar: “Alguien me empujó, no me pude mantener en pie.” 

David simplemente me soltó, sin decir nada más. 

Afortunadamente, nadie más me golpeó después de eso y ni siquiera senti la multitud tan cerca. David y yo habíamos aparcado en direcciones opuestas, asi que al llegar a la salida, cada uno se fue por su lado. 

“Cloé.” 

David de repente me llamó y preguntó: “¿Vas a participar en el concurso de diseño conjunto?” Nôvel(D)rama.Org's content.

Me sorprendió que él trajera eso a colación, sonreí y dije: “Eso no depende de mi, depende de si recibo. una plaza o no.” 

Él sonrió suavemente y me dijo: “Entonces, espero verte competir.” 

“Está bien, nos vemos luego.” 

La lluvia ya había parado, y en el camino al estacionamiento, podía oler el fresco aroma después de la lluvia, muy reconfortante. Si no fuera porque había un poco de frio, hasta me habría gustado caminar a 

casa. 

Cerca de mi auto, levanté la vista y vi a César. 

Él también me vio y corrió hacia mi diciendo: “Señora, el presidente Montes ha estado esperándola.” 

“¿Qué?” 

Pensé que me había plantado. En aquel momento resultó que él había estado esperándome. 

Frunci el ceño y pregunté: “¿Dónde me está esperando?” 

“En el auto.” 

César señaló hacia un Bentley negro aparcado al lado de la calle. 

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Apuré los labios preguntándole: “¿Esperándome para qué? Él me invitó al concierto, y ya ha terminado. Dile que se vaya.” 

Luego, me dirigi hacia mi auto, no sin antes dejar unas palabras: “Y dile que no vuelva a Arces Rincón.” 

“Señora…” 

Supongo que César ya sabia lo que Isaac habia estado haciendo esos días y me seguía balbuceando: “Quizás… quizás sería mejor si usted misma hablara con el presidente Montes.” 

Me detuve. Tenía razón, ¿por qué deberia hacerle la vida difícil a César, un empleado? Si Isaac se enojaba, él sería quien sufriera las consecuencias. 

Sin otra opción, cambié de dirección y caminé directamente hacia el auto, mientras César sabía cómo hacer que Isaac pareciera más patético. 

Dijo: “El presidente Montes no ha dormido en dos días, apenas llegó aquí, consiguió dormirse un poco.” 

“¿Es mi culpa que no pueda dormir?” Dije medio en broma, medio en serio. 

Pasando tiempo con otra mujer, y aun así tiene el descaro de venir a quejarse ante su esposa oficial. 

César tosió ligeramente diciendo: “El presidente Montes queria resolver todo rápidamente para venir a buscarla.” 

“¿Andrea ha muerto?” 

“¿Ah? No, no…” 

“Entonces, ¿qué era tan urgente que lo mantuvo ocupado durante dos días y una noche?” 

Lo dejé en claro: “¿Estaba ocupado siendo infiel?” 

César cerró la boca, y después de un rato, solo pudo decir: “Usted ya sabe…” 

Al llegar al Bentley, César me abrió la puerta trasera. 

Isaac estaba apoyado en el asiento, con el cabello desordenado y los ojos cerrados, sus largas pestañas proyectaban sombras sobre sus párpados. Aunque estaba durmiendo, sus cejas esta fruncidas, mostrando que claramente no estaba teniendo un sueño tranquilo. 

14:08 


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