Capítulo 263
Capítulo 0263
Silvia no entendía muy bien por qué él le preguntaba todo eso, pero al ver lo rápido que le enviaba el dinero, asumió que simplemente sentía una gran lástima por ella y nada más. Así que continuó conversando muy tranquila con él.
[De hecho, después del divorcio, me siento muy libre y feliz. En realidad, la estrés ha disminuido bastante.]
Julio se detuvo por un momento al ver el mensaje en la pantalla. [¿ Por qué? ¿Es porque no te gustaba?]
Silvia no sabía cómo responder. Considerando que la otra parte era un simple extraño que nunca había conocido en persona, por lo tanto,
decidió ser sincera.
[Cuando alguien toma la decisión de divorciarse, generalmente es algo bien meditado y no se debe a una sola razón.]
En lo profundo del corazón, Julio escribió varias respuestas, pero apresurado las borró.
[Si no hay nada más, me desconectaré. Adiós], envió Silvia.
Julio cerró la ventana de chat. Reflexionó un poco sobre las palabras de Silvia mientras se sentaba solo por un rato, sintiendo la necesidad de salir a respirar. Cuando abrió la puerta, vio a Silvia justo pasando
con una mochila.
Sus miradas se encontraron y Silvia desvió rápidamente la mirada de inmediato. Tal vez porque había hablado de él con esa persona en línea, Silvia se sintió un poco incómoda. Pasó desprevenida frente a Julio.
Él la miró con melancolía. ¡Realmente no tiene corazón! Él se acercó
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a ella, de manera casual y, dijo:
-¿Así es como agradeces a tu exmarido por salvarte anoche?
Él enfatizó deliberadamente la palabra “exmarido“.
Silvia se detuvo en seco y lo miró con gran sorpresa. El perfil guapo
de Julio y su mirada profunda se clavaron directo en ella, sin
apartarse. This belongs © NôvelDra/ma.Org.
Ella desvió la mirada y respondió con firmeza:
-Ya te agradecí anoche. Si no estás satisfecho, no sé qué más puedo hacer. Ya lo dijiste, eres mi exmarido. Como tu exesposa, enfrenté el peligro y tú me ayudaste. Creo que esto es muy normal, ¿ no crees?
Ella en verdad no quería darle a Julio la impresión de que aún le
gustaba o de que estaba tratando de aprovechar la situación para continuar con él.
Julio escuchó sus distantes palabras y sus pupilas se contrajeron con rabia.
-¿A dónde vas? -le preguntó.
Silvia apretó los labios.
-Esto no es asunto tuyo -respondió y siguió adelante con rapidez.
Él frunció el ceño con amargura mientras la veía alejarse. Luego golpeó el muro con un feroz puñetazo.
En el pasado, él podría haberla dejado ir, pero ahora, cada vez le estaba cediendo más. Julio se subió al coche y siguió
silenciosamente a Silvia. Observó cómo ella tomaba un taxi hacia el centro comercial y luego la vio en medio de la multitud, comprando comida, cargando grandes y pequeñas bolsas, comunicándose en el idioma local con los demás.
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