Capítulo 55
Capítulo 55: Señorita, ¡Aguanta!
Santiago caminaba hacia el backstage, escoltado por varios guardaespaldas. Su silueta, en un elegante traje negro, se veía imponente.
Aitana solo alcanzó a ver su espalda, pero eso fue suficiente para que su corazón latiera con fuerza.
Recordando las lecciones del pasado, se esforzó por controlar su impulso de seguirlo. Se dijo a sí misma que después de ganar el campeonato, sería el momento perfecto para presentarse ante él.
Queria dejarle una impresión inolvidable a señor Mendoza.
Absorta en sus pensamientos sobre el señor Mendoza, Aitana no notó que el nombre «Valentina Lancaster» antes en gris en la gran pantalla, cambió a rojo poco después de que él entrara en el backstage.
En el Aeropuerto Internacional de Coralia, Izan acababa de aterrizar y volvió a llamar a Valentina. Había tenido un asunto urgente en Suecia y, al ver en Instagram las críticas hacia Valentina, intentó contactarla sin éxito. Esta vez, el teléfono sono solo una vez antes de que ella contestara.
-Valen, ¿dónde estás? ¿Qué ha pasado? ¿Estás bien? -preguntó Izan, su voz llena de urgencia y preocupación.
Valentina, apoyada en el respaldo del taxi y soportando el dolor de sus heridas, respondió con voz débil.
-Estoy bien, voy camino a la final.
Izan, aún más preocupado por su frágil tono, dijo.
-Vale. Oye, he conseguido bajar la atención en Instagram, pero no entiendo por qué parece que alguien está impulsando esto, atacándote a ti en particular…
Valentina abrió Instagram en su teléfono.
Los hashtags #ValentinaSeRetira, #ValentinaFaltaDeRespetoAlConcurso y #BoicotAValentina dominaban los primeros puestos en tendencias.
-¡Quién iba a pensar que ahora soy tan popular! -dijo Valentina con una sonrisa irónica en sus pálidos labios.
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Era increíble que ella, como una concursante relativamente desconocida, causara tanto revuelo. Sin duda, alguien estaba detrás de esto. ¿Sería Marc? ¿O seria Aitana?
Si la industria la boicoteaba, incluso heredar Starlight Joyas sería en vano. Tomó aire, sus ojos brillaban con determinación.
Después de colgar, le pidió al taxista que acelerara. Media hora después, cuando el taxi se detuvo, Valentina se apresuró a bajar.
La entrada a la Plaza Internacional de Coralia estaba abarrotada. Un grupo de jóvenes fans. agitaba pancartas, gritando «¡Álvaro, qué guapo!» y «¡Mi amor, mirame!»
Seguramente Álvaro había llegado.
En circunstancias normales, Valentina se habría detenido a admirar su encanto, pero en ese momento, pálida y al borde del desmayo por el dolor, su única meta era entrar y recuperar el diseño suyo.
Con una máscara negra cubriendo su rostro, se abrió paso entre la multitud, empujada hacia el interior del recinto.
Valentina apenas se dirigía a la sala del concurso cuando una joven la agarró del brazo.
-¡Señorita Salazar, el señor le pide que vaya rápido! -dijo la joven. This content is © NôvelDrama.Org.
¿Señorita Salazar? ¿El señor? Valentina se quedó confundida, dándose cuenta de que
seguramente había una confusión, pero antes de que pudiera aclararla, la chica ya la había
llevado a un camerino.
Cuando Valentina reaccionó, la puerta ya estaba cerrada y escuchó la voz de un hombre detrás
de ella.
-¡Apúrate a maquillarte! No tengo mucha paciencia para esperar.
¿Maquillaje? Valentina se giró y vio al hombre recostado perezosamente en la silla frente al espejo de maquillaje. Tenía los ojos cerrados, pero su reflejo en el espejo la dejó paralizada.
Se acercó sin pensar, y si no hubiera reconocido que el hombre era Álvaro, la famosa estrella de cine, habría jurado que estaba viendo a su esposo.
Siempre había pensado que su esposo tenía un aspecto digno de un actor, pero nunca los habia relacionado con Álvaro.
A primera vista, se parecían mucho, pero al mirar más de cerca, cada uno tenía sus propias
diferencias.
Valentina, intentando distinguirlos en su mente, se sorprendió preguntando: -¿Tienes un hermano gemelo?
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